sábado, 4 de abril de 2009

El célebre busto de Nefertiti, que retrata a la mujer del faraón egipcio Akenatón, conocida por su belleza, fue esculpido según los cánones estéticos de hace más de 3.300 años y no es fiel a la realidad. Ésta es la conclusión a la que han llegado los investigadores del Imaging Science Institute de Berlín, en Alemania, tras analizar por segunda vez el busto mediante imágenes de tomografía computerizada (TC).

El busto de Nefertiti es un núcleo de piedra caliza cubierto por capas de estuco de diferente grosor. El análisis desveló que debajo del busto había otro rostro delicadamente esculpido, pero con rasgos faciales algo distintos.

El rostro interno de piedra caliza fue esculpido con delicadeza y ligeramente simétrico. En comparación con la cara de estuco más externa, la cara interna mostraba algunas diferencias: menos profundidad en las esquinas de los párpados, pliegues alrededor de las esquinas de la boca y las mejillas, pómulos menos prominentes y una ligera prominencia de la nariz. Las orejas de la escultura interior eran similares a las visibles en el exterior.

Según los investigadores, retocar los pliegues de las esquinas de la boca y suavizar el puente de la nariz en la cara externa pudo ser una elección del artista y reflejar los ideales estéticos de la época.

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